El tiempo de bendición en tu vida llegará.

A menudo cuando hablamos de bendición en términos bíblicos comenzamos a pensar que se trata de riqueza o abundancia, quizá también la palabra bendición nos recuerda a los buenos deseos que las personas nos hacen cuando dicen “¡Qué Dios te bendiga!”. Pero ¿de qué clase de bendición estamos hablando realmente?

A lo largo de la Palabra observamos que Dios otorgó bendiciones a aquellos que lo sirvieron constante- mente, y también lo hicieron otros personajes de la Biblia. Estas bendiciones no siempre nos hablaban de abundancia, sino también de alegría, felicidad, tranquilidad y paz.

Sea cual sea el tipo de bendición que tú necesites, puedes obtenerla, porque hemos sido creados para ser bendecidos. El problema con la mayoría de nosotros es que deseamos bendición pero no buscamos la forma de obtenerla de acuerdo a la Palabra, de hecho, la mayoría ni siquiera es consciente de que hay una manera CORRECTA para conseguirla.

Uno de los mayores ejemplos de bendición lo encontramos en el Evangelio de Lucas 5, 1-11 en donde aparece este suceso que seguramente todos conocemos: La pesca milagrosa.

Tenemos que Jesús predicaba a la orilla del lago, entonces ve la barca de Simón y sube a ella para a continuación mandarle llevar la barca mar adentro y echar las redes, Simón le responde que lo había hecho toda la noche pero no había pescado nada y sin embargo las echaría en su nombre. Lo hizo así y pescaron tanto que las redes casi se rompían.

Ahora, hay en este texto 5 hechos que no deben ser pasados por alto si lo que quieres es obtener una bendición como la de Simón.

1 . Simón Pedro estaba en el momento y lugar correctos

Ya sea que lo que necesites sea un mejor puesto en tu trabajo o una mejora en tu vida familiar, debes estar presente en el lugar donde esperas recibir tu bendición. ¿Te imaginas que Simón, en vez de haber estado pescando, hubiese estado en la taberna del pueblo? ¡Claro que no iba a pescar ni un charal! En cambio, había estado trabajando toda la noche aunque no había obtenido ningún resultado.

Lo que nos lleva al primer punto: No debes desanimarte sólo por el hecho de que, a pesar de tus es- fuerzos, nada cambie.

Tal vez te has esforzado demasiado por conseguir algo y sencillamente no ves ningún cambio y sé —por experiencia propia— que es frustrante y agotador y que, después de un tiempo, comenzamos a preguntarnos si vale la pena seguir intentando. Mi respuesta —también por experiencia propia— es que lo vale por completo, porque hay bendiciones esperando por ti a solo un intento más de distancia.

Claro que esto por sí solo no basta. Y es justo de lo que se trata el segundo punto.

2 . La presencia que marca la diferencia

Vimos que para recibir bendición debemos trabajar en el área donde necesitamos ayuda, pero hay otro factor en la historia de la pesca milagrosa y es precisamente el más importante: el factor Cristo.

Simón estaba en presencia de Jesús. Tal vez porque lo buscó o tal vez por mera coincidencia, pero el caso es que estaba. En nuestra vida no podemos esperar a estar en presencia del Señor solo por coin- cidencia y menos aún si esperamos ser bendecidos por Él, así que debemos buscarlo en todo momento. El dónde es opcional, puedes buscarlo en la Iglesia, en el Santísimo, en una reunión donde compartan la Palabra, o incluso en oración desde la comodidad de tu habitación.

Jesús está disponible 24/7 y lo único que debes hacer es hablarle con sinceridad y Él te responderá. Siempre lo hace.

Además, si Simón no hubiera estado en presencia de Jesús escuchando su Palabra, Jesús nunca se hubiera acercado a él o a su barca como tampoco se acercará a la tuya si no lo buscas y escuchas lo que tiene para decirte.

3 . Debes O-BE-DE-CER

¡Ah, qué difícil!

Sí, todos lo hemos pensado alguna vez. Y es que nuestra naturaleza es el pecado (Romanos 8,3), no es algo que podamos borrar o cambiar pues está en nuestro sistema incluso antes de haber nacido (Romanos 5,12). Pero eso no significa que no tengamos opción, y es muy importante recordarlo: Aunque por naturaleza tengamos inclinación al pecado, podemos elegir.

Esta es quizá la mejor noticia que hayan podido darnos, y nos lo dice san Pablo en Romanos 6,6: “las fuerzas que nos ataban al pecado han sido destruidas por Cristo”. Ahora depende de nosotros ¿Deseamos la vida en Cristo que nos traerá gracia y bendición? Solo tenemos que elegir el bien.

Ahora ¿qué tiene que ver todo esto con nuestro buen amigo Simón? Bueno, que él también estaba teniendo problemas para obedecer a Jesús:

  1. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: ‘Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar.
  2. Simón respondió: ‘Maestro, por más que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada; pero, si tú lo dices, echaré las redes.

 

Yo me imagino a Simón en ese momento: cansado de haber trabajado toda la noche, deseando llegar a su casa para echarse una pestañita y tal vez incluso de mal humor porque no había pescado nada, cuando de pronto aparece Jesús ordenándole que se regrese al lago y vuelva a echar las redes. Parece absurdo ¿no?

Hoy, en retrospectiva, tal vez no, porque nosotros sabemos lo que pasaría a continuación: la pesca milagrosa. Pero en ese momento ciertamente debía parecerlo. Y sin embargo, Simón (tal vez con toda la pereza del mundo) se adentró en el lago y volvió a tirar las redes.

Lo que sucedió a continuación es universalmente conocido: pescaron tanto que las redes casi se rompían. ¿Cuál fue la diferencia? ¿Por qué esta vez lograron pescar tal cantidad de peces a diferencia de las veces anteriores? Lo sabemos: esta vez lo hizo guiado por Jesús. Esta vez lo hizo confiando y dependiendo de Él y no de sí mismo.

Lo necesitas si quieres bendición, lo necesitas si quieres que cosas extraordinarias comiencen a pasar en tu vida. Necesitas escucharlo y obedecerlo incluso si todo a tu alrededor te dice que no tiene sentido, porque lo tiene para Él.

Si quieres bendición, debes aprender a obedecer.

4 . La mejor pesca de tu vida

Simón nunca había pescado tanto…

Cuando buscas a Dios, cuando trabajas por algo con todas tus fuerzas, cuando escuchas Su Palabra y lo haces a Su manera, entonces y solo entonces la gracia, la unción y la bendición del Señor se derra- marán en tu vida y vendrá un tiempo de prosperidad, alegría, salud y paz como no has vivido antes.

Dice el Evangelio que Simón al ver esto se arrodilló y le dijo a Jesús que se apartara de él, pues era un hombre pecador. Simón era consciente de su mundanidad, sabía que no era digno de estar en presencia del Dios mismo y sin embargo ahí estaban.

Ninguno de nosotros es digno de la gracia y bendición pues todos alguna vez pecamos (Eclesiastés 7,20), no obstante Él nos elige y nos ama a pesar de nuestros defectos y pecados… si tan solo le buscamos, nos socorrerá.

5 . El camino con Cristo

“Lo dejaron todo y siguieron a Jesús”

No, no significa que debas renunciar a tu vida y familia para irte a un monasterio y vivir en claustro el resto de tu vida (aunque ¡hey! Si deseas hacerlo, adelante). Todo simboliza aquello que te apartaba de Él. Tal vez algún pecado que simplemente no puedes dejar, algún hábito que sabes que te daña y a pesar de eso lo sigues haciendo, aquellos “amigos” que tratan de apartarte de la Iglesia o guiarte a acciones incorrectas, etc., etc.

Cada quién conoce su debilidad, aquello que no le permite vivir su fe plenamente y estoy segura de que tú no eres la excepción. La decisión es tuya.

Ahora que ya sabes lo que Él puede hacer por ti a pesar de tus errores y de tu pasado ¿eliges seguirlo?

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