En México, como en tantos otros países, el porcentaje de fracaso de los nuevos negocios es muy alto. A la hora de analizar las causas, se habla mucho de la falta de un modelo realmente innovador, del fracaso de la estrategia de ventas o del desorden en los números. Pero hay otra razón a la que deberíamos prestar atención: un crecimiento demasiado acelerado.

Es que como explican los expertos, algo que en principio significa buenas noticias (por ejemplo, tener ingresos más altos que lo esperado) puede convertirse en un problema cuando falta planeación o un manejo eficiente del efectivo. Al final, la expansión de toda empresa (no importa cuál sea su tamaño), tiene que ser gestionada. Y en esta etapa, estos son los peligros que enfrenta el fundador del negocio.

Peligro número # 1 perder el rumbo

Durante el crecimiento de su proyecto, el emprendedor pasa por cuatro etapas bien definidas: aquella en la que tiene que hacer de todo, cuando empieza a delegar ciertas tareas para enfocarse en la gestión, el momento en el que puede concentrarse en la planificación y, por último, el período en el que su principal responsabilidad es la estrategia, la innovación y la cultura empresarial. El primer reto que plantea una expansión rápida es que el fundador puede olvidar en qué etapa está, y por lo tanto cumplir una función equivocada en la empresa.

Peligro #2: el ego del emprendedor

Una gran entrada de clientes y dinero en poco tiempo puede resultar tan dañina como su falta absoluta. Cuando estamos al frente de una empresa, y sobre todo si se trata de nuestra primera experiencia en los negocios, tenemos que entender que nuestra primera responsabilidad es aprender, principalmente de los errores. Y mantener los oídos abiertos a los consejos y comentarios de aquellos que tienen más experiencia que nosotros (por ejemplo, un socio o incluso un empleado). El exceso de confianza no solo puede empujarnos a tomar decisiones equivocadas, sino que también puede tener consecuencias negativas en el clima laboral.

Peligro #3: descuidar la salud financiera de la empresa

Tener muchos ingresos no es sinónimo de que el negocio esté fuerte. Por ejemplo, puedes generar muchas facturas en el mes, pero si el período de cobro es más largo que el de tus compromisos de pago de corto plazo (como la nómina), estarás en problemas. Por eso es tan importante que, durante una etapa de crecimiento, el dueño de la empresa mantenga bajo control los cinco parámetros de la estabilidad financiera: los ingresos, los costos, los ciclos de pago, el flujo de efectivo y el nivel de endeudamiento.

Peligro #4: no gestionar el talento

Por último, tienes que pensar en cómo vas a responder en la empresa cuando por fin llegue ese contrato millonario con el que sueñas todas las noches. ¿Cuentas con los empleados necesarios? ¿Tienen la actitud correcta? ¿Podrás ir capacitándolos con nuevas habilidades durante el proceso? ¿O al menos sabes a quién contactar para arrancar el proyecto con colaboradores FreeLancer? Formar equipos de alto rendimiento debería ser una tarea paralela a la búsqueda de nuevos clientes o el desarrollo de procesos, pero generalmente solemos relegarla al último lugar de la lista de pendientes. Y cuando nos damos cuenta de su importancia, ya puede ser demasiado tarde. ¡No subestimes su importancia!


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